Siguiendo con la serie de entradas sobre
aquellos amerindios y mestizos leales a España durante las guerras de
independencia hispanoamericanas, hoy hablaré sobre la ciudad de San Juan de
Pasto y sus habitantes de mayoría indomestiza. Esta localidad ubicada en el
antiguo Virreinato de Nueva Granada luchó con bravura contra las tropas
independentistas siendo posteriormente masacrada bajo el mando de Antonio José
de Sucre en la llamada Navidad Negra de Pasto.
San Juan de Pasto fue fundada por españoles a
mediados del siglo XVI en lo que actualmente se conoce como el departamento de
Nariño (Colombia). A pesar de que existen ciertas discrepancias sobre la fecha
exacta de su fundación, las autoridades colombianas decidieron elegir el 24 de
junio de 1537 como fecha oficial del nacimiento de la ciudad. Tras su fundación
el municipio de Pasto se convirtió rápidamente en una de las principales urbes
de la región, lo que desembocó en un proceso de mestizaje en donde los
indomestizos siempre conformaron la mayoría de la población pastusa como
todavía sucede en la actualidad. La prosperidad alcanzada hizo de Pasto una
ciudad de fuerte carácter hispano con grandes connotaciones monárquicas y
religiosas.
Este marcado carácter hispano sería reafirmado
una vez comienzan los primeros destellos separatistas en el Virreinato de Nueva
Granada. Tanto es así que en la temprana fecha del 29 de agosto de 1809 la
alcaldía de San Juan de Pasto publica un auto que cuestiona el proceso de
independencia en donde destacan los siguientes extractos:
“¿Con qué otros –en referencia a los
impuestos– podrá soportar sus erogaciones
la nueva soberanía?. Registradlo en todas las combinaciones de vuestra
discreción y no las hallaréis”
“Veréis
echarse sobre las temporalidades de los regulares y venderles sus fundos,
reduciéndolos a intolerable mendicidad; y últimamente: veréis recargar los
tributos con nuevas imposiciones que constituyan sus vasallos en desdichada
esclavitud...”
“Esta es
la felicidad pomposa a la patria que nos proponen. Nos halagan con palabras
vacías de objeto, y luego se verán en la necesidad de arrojar el rayo
tempestuoso sobre los miserables que han tenido la inconsideración de someterse
a su dorado veneno...”
Este documento demuestra que los pastusos de la
época tenían la suficiente perspectiva como para presagiar las grandes
calamidades que traería consigo la independencia incluso hasta nuestros días.
Una vez estalla la guerra de independencia, la
ciudad de San Juan de Pasto permanece leal a España incluso tras la
instauración en 1811 de la república bautizada como Provincias Unidas de la
Nueva Granada. Tras varias rebeliones fallidas contra la delegación del
gobierno republicano en Pasto, se consigue reinstaurar la soberanía española el
20 de mayo de 1812 gracias a las milicias formadas por los propios pastusos con
la inestimable ayuda de los negros y mulatos provenientes del Valle del Patía.
Al enterarse de la pérdida de la localidad, el nuevo gobierno republicano entró
en cólera y a través de la Gobernación de Popayán envió una carta fechada el 4
de julio de 1812 al cabildo de Pasto donde decía:
“La ruina
de Pasto ha llegado y esa ciudad infame y criminal va a ser reducida a cenizas.
No hay remedio: un pueblo estúpido, perjuro e ingrato que ha roto los pactos y
convenciones políticas y que con la más negra perfidia ha cometido el horrible
atentado de hacer prisionero al Presidente de este Gobierno, después que enjugó
sus lágrimas y le levantó de la desgracia en los días de sus amarguras, debe
ser, como el Pueblo Judío, entregado al saqueo y a las llamas. Tiemble, pues,
la ingrata Pasto que ha hecho causa común con los asesinos y ladrones de Patía,
y tiemblen esos hombres de escoria y de oprobio que se han erigido en cabezas
de la insurrección de los pueblos. Una fuerza poderosa, terrible, destructora y
hábilmente dirigida va a caer sobre esa ciudad inicua. Ella será víctima del
furor de un Reino entero, puesto en la actitud de vengarse y aniquilarla. Las
tropas belicosas de las provincias confederadas de la Nueva Granada reducirán a
pavesas a Pasto y sólo podrá evitar su irremediable destrucción poniendo
inmediatamente en libertad las personas del Presidente, oficiales y soldados,
pérfidamente sorprendidos, y entregando todas las armas. Decídase, pues, ese
Ayuntamiento: ésta es la primera y última intimidación que le hace este
Gobierno, justamente irritado, de la Provincia de Popayán.”
Queda de manifiesto que ya en 1812 el gobierno
republicano estaba dispuesto a realizar una masacre contra toda la población de
Pasto sin hacer distinciones entre civiles y milicianos como finalmente
sucedería 10 años después. Pero esta carta no fue una manifestación aislada
puesto que entre las órdenes impartidas por Simón Bolívar hay una referencia a
la ciudad de Pasto que dice “haced lo
posible por destruir a los pastusos”.
Tras casi dos años de feroz resistencia, el
general Antonio Nariño envía una misiva a la localidad de San Juan de Pasto en
la cual conminaba al municipio a deponer las armas y aceptar la autoridad
republicana bajo amenaza de ser atacada por el ejército separatista. El 4 de
abril de 1814 el ayuntamiento de Pasto responde de la siguiente manera:
“Nosotros
hemos vivido satisfechos y contentos con nuestras leyes, gobiernos, usos y
costumbres. De fuera nos han venido las perturbaciones y los días de
tribulación...”
A pesar del continuo hostigamiento de las tropas
independentistas los pastusos siguieron siendo fieles a España. Su lealtad
sería recompensada con la llegada de las tropas españolas provenientes de
Europa que reinstauraron el Virreinato de Nueva Granada en el año 1816.
"Pastuso asesinado por: Simón Bolívar" en la Calle del Colorado de San Juan de Pasto (Colombia). Pintado por Psicoamnesia |
Sin embargo en 1819 el ejército independentista
retoma el poder constituyendo la República de Colombia. Pese a que este hecho
supuso el final definitivo del virreinato neogranadino, la ciudad de Pasto se
mantuvo bajo control español gracias a la determinación de los pastusos que siguieron
combatiendo contra el gobierno republicano. El 7 de abril de 1822 se produce la
Batalla de Bomboná a unos 50 kilómetros de San Juan de Pasto, donde las tropas
realistas lideradas por el coronel Basilio Modesto García derrotan al ejército
dirigido por Simón Bolívar pese a estar en inferioridad numérica. Debido a esta
inferioridad los efectivos españoles se vieron notablemente mermados, lo que
supuso la capitulación de la localidad de Pasto ante las fuerzas republicanas
el 8 de junio de 1822. No obstante la derrota sufrida por Simón Bolívar a manos
de los pastusos no fue olvidada puesto que el bando separatista consideró una
humillación que milicianos indomestizos vencieran a su máximo líder. Tanto fue
así que hasta modificaron el relato de la Batalla de Bomboná para dar como
vencedor a Simón Bolívar. En definitiva aquella batalla supuso el
desencadenante último de la Navidad Negra de San Juan de Pasto que acontecería
ese mismo año.
Pese a la reciente capitulación los pastusos
emprenden en el mes de septiembre un nuevo ataque que desemboca en la Segunda
Batalla de la Cuchilla de Taindala producida el 24 de noviembre de 1822 en las
proximidades de Pasto. La milicia realista dirigida por Benito Boves vence al
ejército independentista liderado por Antonio José de Sucre contra todo
pronóstico. Esta nueva derrota de las fuerzas republicanas enfureció a Simón
Bolívar de tal forma que movilizó en masa a sus mejores tropas para lo que
pretendía ser una brutal venganza contra toda la ciudad de San Juan de Pasto sin
excepción alguna. El 24 de diciembre de 1822 el ejército dirigido por Antonio
José de Sucre bajo las órdenes de Simón Bolívar llega a la localidad de Pasto,
donde se produce la aniquilación de toda resistencia miliciana debido a la
enorme superioridad numérica del contingente independentista.
A partir de ese momento se producen una serie de
brutales acontecimientos que posteriormente se conocerían bajo el nombre de la
Navidad Negra de San Juan de Pasto. Una vez que la ciudad quedó indefensa, el
ejército republicano se ensañó en una sanguinaria venganza por el apoyo del
pueblo pastuso a la causa española. El mayor de los abusos cometidos por los
independentistas fue el exterminio de la mayor parte de la población pastusa
sin hacer distinciones entre milicianos y civiles hasta el extremo de asesinar
a mujeres, ancianos, niños e incluso bebés. Se calcula que cerca de 500
pastusos fueron asesinados a lo largo de los tres días que duró la presencia de
las tropas separatistas. Tal fue la masacre que la Calle del Colorado de la
ciudad de Pasto debe su nombre a la cantidad de sangre allí derramada por las
víctimas pastusas durante la Navidad Negra. Además de esta matanza hubo
multitud de violaciones a mujeres y niñas que solían acabar con el asesinato
posterior de la fémina. Sin embargo todo esto sólo fue una parte de la brutal
represalia puesto que también hubo un expolio y destrucción absolutos tanto de
las propiedades de los vecinos como de las iglesias y edificios públicos. Se
robaron todo tipo de objetos de valor y se destruyeron los archivos del
ayuntamiento junto con los libros parroquiales, suponiendo a la postre la
pérdida de un patrimonio histórico de incalculables dimensiones puesto que
abarcaban casi tres siglos de la historia de la ciudad.
La Navidad Negra de Pasto fue una matanza y
expolio de tal magnitud que incluso algunos conocidos personajes
independentistas criticaron con dureza a Antonio José de Sucre por permitir
tales atrocidades. El general José María Obando le dedicó las siguientes
palabras:
“No se
sabe cómo pudo caber en un hombre tan moral, humano e ilustrado como el general
Sucre la medida altamente impolítica y sobremanera cruel de entregar aquella
ciudad a muchos días de saqueo, de asesinatos y de cuanta iniquidad es capaz la
licencia armada; las puertas de los domicilios se abrían con la explosión de
los fusiles para matar al propietario, al padre, a la esposa, al hermano y
hacerse dueño el brutal soldado de las propiedades, de las hijas, de las
hermanas, de las esposas; hubo madre que en su despecho salióse a la calle
llevando a su hija de la mano para entregarla a un soldado blanco antes de que
otro negro dispusiese de su inocencia; los templos llenos de depósitos y de
refugiados fueron también asaltados y saqueados; la decencia se resiste a
referir tantos actos de inmoralidad ejecutados contra un pueblo entero que de
boca en boca ha transmitido sus quejas a la posteridad”
Por su parte el voluntario irlandés Daniel
Florencio O'Leary dijo en referencia a la Navidad Negra:
“[…] en
horrible matanza que siguió, soldados y paisanos, hombres y mujeres, fueron
promiscuamente sacrificados y se entregaron los republicanos a un saqueo por
tres días, y a asesinatos de indefensos, robos y otros desmanes; hasta el
extremo de destruir, como bárbaros al fin, los libros públicos y los archivos
parroquiales, cegando así tan importantes fuentes históricas”
No obstante aunque Antonio José de Sucre estaba
al mando del asalto a la localidad de Pasto, no se debe olvidar que las órdenes
venían impuestas por Simón Bolívar. El general Antonio José de Sucre actuó con
semejante crueldad porque sabía que no traería consecuencias para su persona
puesto que contaba con el beneplácito de su superior. Como mencioné
anteriormente la derrota de Simón Bolívar en la Batalla de Bomboná supuso un
duro golpe para su prestigio debido a que hombres con menor preparación y en
menor número lograron vencerle. Desde entonces el anhelo del líder
independentista era vengarse a toda costa de los pastusos pese a la
capitulación de San Juan de Pasto apenas dos meses después de aquella batalla.
El nuevo alzamiento de la ciudad fue la excusa perfecta para planificar su
venganza, máxime tras otra derrota del ejército republicano a manos de los
pastusos en la Batalla de Taindala. Entre las numerosas tropas que movilizó
Simón Bolívar para la tarea se encontraban muchos de los supervivientes de su
derrota en Bomboná como los hombres del Batallón Rifles. Por desgracia la
masacre realizada en Pasto no debe sorprender a nadie pues el bando
independentista había acuñado el concepto de “guerra a muerte” que consistía en
el asesinato de civiles, el saqueo y la destrucción indiscriminada de
propiedades y el fusilamiento de los prisioneros de guerra sin juicio previo.
No obstante en este caso fue peor si cabe puesto que estaba en vigencia el
Tratado de Regulación de la Guerra firmado el 26 de
noviembre de 1820, donde se especificaba que los municipios que fueran ocupados
por tropas militares serían bien tratados y respetados. En un futuro intentaré
hablar en profundidad sobre el infame Decreto de Guerra a Muerte, ya que supuso
un retroceso de 165 años en la forma de tratar a la población civil y a los prisioneros en tiempos de guerra.
Tras el relato de esta serie de acontecimientos
históricos sobre San Juan de Pasto recomiendo el visionado de los siguientes
vídeos ya que posteriormente realizaré algunos comentarios al respecto:
En el vídeo de la izquierda aparece el historiador peruano Heraclio Bonilla afirmando que la secesión hispanoamericana supuso una tragedia tanto para los negros como para los
amerindios que perdieron la autonomía que les reconocía la corona española.
Según sus palabras esto explica por qué ambos grupos se opusieron a la
independencia señalando a los pastusos como ejemplo de ello, para finalmente
constatar que la emancipación hispanoamericana sólo benefició a una minoría de
los criollos.
Mientras que en el vídeo de la derecha aparece una
noticia del informativo municipal de San Juan de Pasto sobre las pintadas
aparecidas en la ciudad aludiendo a la Navidad Negra. Estas pintadas fueron
realizadas en 2010 y provocaron un gran revuelo debido a que en ellas aparecía
la frase “Pastuso asesinado por: Simón Bolívar”. Como se puede apreciar las
autoridades locales quisieron restar importancia a estos hechos calificándolos
como marginales e invitaron a los pastusos a ignorar las pintadas que
recordaban el extermino allí producido en la navidad de 1822. Los testaferros
de la doctrina oficial impuesta sobre la independencia hispanoamericana
llegaron al descaro de declarar que aquellas pintadas atentaban contra los
episodios históricos protagonizados por Simón Bolívar. Parece ser que para las
autoridades colombianas la Navidad Negra no fue un episodio histórico puesto
que han hecho todo lo posible por eliminar cualquier atisbo de ello como si
nunca hubiera sucedido. Sin lugar a dudas este vídeo es el máximo exponente de
la manipulación histórica que ejercen los estados hispanoamericanos y que llevo
denunciando en este blog desde su creación. Para contrarrestar la falta de
información sobre los hechos históricos que los gobiernos hispanoamericanos no
quieren que conozcáis os aconsejo un ejercicio de lectura como el practicado
por Carlos Castro. Este habitante del municipio de Pasto era conocedor de la
Navidad Negra gracias a la lectura de un libro biográfico sobre Agustín
Agualongo del cual hablaré en mi próxima entrada. Resulta evidente que la
legitimidad de los estados surgidos tras la independencia hispanoamericana se
sustenta primordialmente en la ignorancia de las sociedades a las que niegan
una información veraz sobre su pasado. Por eso aplaudo la valentía de este
hombre ya que sus declaraciones bien le pudieron costar el repudio de muchos
pastusos que desconocen los trágicos acontecimientos de la Navidad Negra.
A modo de curiosidad si eres colombiano y alguna
vez te has preguntado por el origen de las burlas hacia los pastusos
efectivamente éstas son debidas a su lealtad al Imperio Español durante la
guerra de independencia. Una vez consolidado el gobierno republicano se ejerció
una deliberada estigmatización sobre los pastusos que posteriormente se tradujo
en una caricaturización de los mismos que continúa vigente en la sociedad
colombiana. Sin más que añadir, me despido pidiendo una vez más que os
suscribáis al blog y visitéis tanto el perfil de Twitter como el canal de
Youtube de Hispanoesfera. ¡Gracias por vuestro apoyo!
Postdata – Adjunto un reportaje que trata sobre este asunto. Valoro que un medio colombiano desafíe el oficialismo imperante sobre la independencia hispanoamericana. Sin embargo el tono del vídeo tiende a fomentar un nacionalismo pastuso que teóricamente aspira a la independencia de dicha región.
Postdata – Adjunto un reportaje que trata sobre este asunto. Valoro que un medio colombiano desafíe el oficialismo imperante sobre la independencia hispanoamericana. Sin embargo el tono del vídeo tiende a fomentar un nacionalismo pastuso que teóricamente aspira a la independencia de dicha región.