VIRREYES NACIDOS EN AMÉRICA

Una de las proclamas más repetidas de la Leyenda Negra es que los hispanoamericanos no podían acceder a ningún cargo administrativo del Nuevo Mundo. No obstante tal falacia es sencilla de refutar pues hubo numerosos funcionarios nacidos en América que ejercieron puestos de poder de distinto rango dentro de la administración imperial. Tanto es así que algunos de ellos llegaron a ser nombrados virreyes, el máximo cargo de poder que existía puesto que implicaba ser representante personal del rey en el continente americano.

Lope Díez de Aux y Armendáriz
Lope Díez de Aux y Armendáriz
Lope Díez de Aux y Armendáriz (1575 - 1643) fue el primer virrey americano, nacido en la ciudad de Quito que actualmente es la capital de Ecuador. Este miembro de la alta nobleza fue designado virrey de Nueva España por Felipe IV, comenzando su mandato efectivo a partir del 16 de septiembre de ese mismo año. En sus inicios como virrey enfocó sus esfuerzos en las labores de drenaje de la capital novohispana que incluyeron la reparación de los desperfectos sufridos tras una reciente inundación y un posterior terremoto acontecido el 17 de enero de 1637. Durante su mandato se construyó el Convento de San Bernardo (actualmente desaparecido) en la ciudad de México. No obstante el mayor logro del virrey quiteño fue la creación de la primera institución naval de América en el puerto de Veracruz, cuya función principal era proteger el comercio marítimo de la piratería existente en el golfo de México. Esta flota militar acabaría siendo conocida como la Armada de Barlovento. Terminó siendo destituido como virrey el 28 de agosto de 1640 después de una serie de acusaciones por mala gestión que fueron desestimadas una vez finalizado el juicio de residencia, procedimiento obligatorio para todo aquel que hubiera ejercido un cargo público en la administración americana donde se valoraba su actuación tras cesar sus funciones.

Álvaro de Ibarra
Álvaro de Ibarra
Álvaro de Ibarra (1619 - 1675) fue virrey interino de su Perú natal puesto que nació en la ciudad de Lima. Hijo de comerciantes, ascendió progresivamente dentro de la administración virreinal gracias a su talento y tenacidad hasta acabar siendo reconocido como un gran erudito. Fue un hombre destacado por su honradez y discreción, además de por su capacidad para resolver conflictos debido a sus altos conocimientos sobre jurisprudencia. A partir de 1655 comenzó a ser consejero del virrey de Perú, compaginando este cargo con otros de suma importancia. Después de la muerte de Pedro Antonio Fernández de Castro el 6 de diciembre de 1672, asumió las funciones de gobernador del Virreinato de Perú hasta que se produjo el nombramiento y posterior toma del cargo del nuevo virrey. Durante el mandato del virrey limeño se reforzó militarmente algunas de las ciudades portuarias más importantes del virreinato ante un posible ataque británico. Finalmente el 15 de agosto de 1674 se hizo efectiva la toma de posesión del nuevo virrey Baltasar de la Cueva Henríquez, que mantuvo a su antecesor interino como consejero de su gobierno.

Juan Vázquez de Acuña y Bejarano
Juan Vázquez de Acuña y Bejarano
Juan Vázquez de Acuña y Bejarano (1658 - 1734) fue virrey de Nueva España. Natural de la ciudad de Lima, este militar de alta graduación tomó posesión de su puesto el 15 de octubre de 1722. Su mandato fue uno de los más prolíficos y longevos del Virreinato de Nueva España fruto de su mesura, su honestidad y su cercanía con el pueblo. Sus primeras actuaciones estuvieron enfocadas a la mejora de la economía novohispana. Consiguió ordenar la balanza financiera de la hacienda pública debido a la obtención de fuentes regulares de ingresos que permitieron saldar las deudas pendientes del virreinato. Gracias a ello pudo invertir grandes sumas de dinero en materia urbanística en la capital novohispana. Durante su mandato se construyeron el edificio de la Aduana y una nueva infraestructura de acuíferos para dotar a la ciudad con un agua de mayor calidad. Además reformó el hospital de San Lázaro, el hospital de San Juan de Dios, el real colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, el real colegio de San Juan de Letrán y el real colegio de San Ignacio. Sin embargo la reforma más importante fue la ampliación de la Casa de Moneda, donde comenzó a aplicarse una nueva reglamentación oficial para la acuñación de monedas que sirvieron para financiar todas las inversiones del virreinato. Fuera de la ciudad de México se mejoró el puerto de Acapulco y la infraestructura de agua corriente de Veracruz.

En el aspecto militar se enfrentó a los asentamientos británicos de la región del río Valis (actual Belice) con el envío regular de expediciones para hostigar las explotaciones madereras de la zona. El éxito de estas expediciones fue moderado hasta la expulsión definitiva de los británicos en el año 1733. Otro de los focos de interés fue la expansión hacia el norte del Virreinato de Nueva España para delimitar de forma clara la frontera del Imperio Español en Norteamérica respecto a las demás potencias europeas. Se intensificó la presencia española con la creación de nuevos asentamientos en donde alojar a familias desde Arizona hasta Tejas. El virrey limeño renunció a su cargo debido a que sufría de gota, enfermedad que le provocó la parálisis del brazo derecho con el que firmaba los documentos. A pesar de todo, Felipe V le concedió el privilegio de firmar con un sello convirtiéndose así en el único virrey de la historia que tuvo tal disposición. Finalmente murió el 17 de marzo de 1734, siendo enterrado con toda clase de honores en la ciudad de México.

Juan José de Vértiz y Salcedo
Juan José de Vértiz y Salcedo
Juan José de Vértiz y Salcedo (1719 - 1799) fue virrey del Río de la Plata. Nacido en la ciudad novohispana de Mérida (actual México), hizo efectivo su cargo el 26 de junio de 1778. Este militar designado como virrey por Carlos III es considerado como uno de los mejores gobernantes de la historia rioplatense ya que buena parte de su acción de gobierno estuvo enfocada al desarrollo urbanístico del virreinato. Bajo su mandato se construyeron en la capital bonaerense el Teatro de la Ranchería (primer teatro de la ciudad), la Casa de Niños Expósitos (orfanato) y el Protomedicato del Río de la Plata (institución de salud pública). Además se instaló el primer alumbrado público y se realizó el primer censo de Buenos Aires. Este desarrollo urbanístico implicó también la expansión hacia el sur para reforzar el dominio español de la zona con la fundación de municipios como Carmen de Patagones, Chascomús, San Miguel del Monte o Rojas. Otro de los focos de interés del virrey novohispano fue el desarrollo económico con la mejora de la minería, el fomento del salado de carnes y el desarrollo de la agricultura con el cultivo de índigo y lino. Además reforzó notablemente la presencia de la administración virreinal con la creación de nuevas intendencias y la reorganización de las tropas militares. En 1784 solicita ser relevado, petición que se hizo efectiva el 6 de marzo de ese mismo año. Dada su honestidad y buen hacer fue eximido de manera excepcional del juicio de residencia.

Juan Vicente de Güemes
Juan Vicente de Güemes
Juan Vicente de Güemes (1738 - 1799) fue virrey de Nueva España. Natural de la ciudad de La Habana, tomó posesión de su puesto el 17 de octubre de 1789. Este militar de alto rango nombrado por Carlos IV fue uno de los virreyes más destacados de Nueva España por su honradez, su eficiencia y su humildad. Al inicio de su mandato dedicó muchos recursos en la mejora y el embellecimiento de la capital novohispana. Tales fueron sus logros en materia urbanística que la ciudad de México se convirtió en la mejor urbe del Imperio Español y se situó por encima de cualquier capital europea, siendo conocida con el sobrenombre de la “Ciudad de los Palacios”. Entre las muchas actuaciones destacaron el empedramiento de las calles, la creación de zonas verdes, la instalación del primer alumbrado público, la implantación de un sistema de recogida de basuras, la planificación cuadricular de las nuevas calles, la prohibición de tener animales de corral en la vía pública, la creación de un sistema público de transporte, la mejora del abastecimiento de agua potable, la instalación de un sistema de desagües en todas las calles, la mejora del cuerpo policial en materia de seguridad y circulación, la construcción de nuevas viviendas o el traslado de los cementerios a las afueras. Durante su gobierno se construyeron entre otros el Gabinete de Historia Natural (el primer museo americano de dicha disciplina), el Real Seminario de Minería de la Nueva España y el jardín botánico del palacio virreinal. El modelo urbanístico de la ciudad de México se extendió a otras muchas urbes del virreinato como Acapulco, Toluca, Guadalajara o Veracruz.

Durante su mandato se mejoraron las comunicaciones del virreinato con la creación de un sistema de correos y el perfeccionamiento de los caminos que unían los municipios anteriormente mencionados con la ciudad de México, siendo el camino de Veracruz el más destacado de todos. Se remodeló la organización territorial con la redistribución de intendencias para aumentar la presencia de la administración pública. En materia económica se mejoró la productividad agricultura con nuevos cultivos de seda, algodón, cáñamo y lino que sirvieron para fomentar la industria textil. La minería experimentó también un gran aumento de su actividad debido al uso de técnicas más avanzadas y el descubrimiento de nuevas minas. Todo ello sirvió para estimular el comercio novohispano hasta alcanzar sus cotas máximas, ayudando a mejorar notablemente los resultados de la hacienda pública que se había renovado con gran éxito al lograr una recaudación de impuestos más rápida y eficaz. En el ámbito militar se enviaron expediciones hacia el norte para fortalecer la frontera del Imperio Español en Norteamérica. No obstante algunas de estas expediciones eran de carácter científico ya que tenían como objetivo cartografiar la línea de costa o estudiar la flora de la zona. Se amplió la presencia del ejército con la construcción de nuevas fortificaciones y el reclutamiento de soldados hasta duplicar el número de militares en el virreinato.

Tan prolífero fue el gobierno del virrey cubano que incluso en el transcurso de su cargo se descubrió la Piedra del Sol que contiene el calendario azteca. Terminó siendo depuesto como virrey el 11 de julio de 1794 tras haber sido acusado de mala gestión por el ayuntamiento de la ciudad de México. Sin embargo estas acusaciones resultaron ser falsas y tenían como objetivo el desprestigio de su figura. En el juicio de residencia se determinó que su acción de gobierno había sido excelente, hasta tal punto que se obligó a pagar las costas del procedimiento a los regidores municipales de la capital novohispana que habían proferido tales acusaciones pues se habían presentado como acusación en el juicio.

Francisco Montalvo y Ambulodi
Francisco Montalvo y Ambulodi
Francisco Montalvo y Ambulodi (1754 - 1822) fue virrey de Nueva Granada. Nacido en la ciudad de La Habana, hizo efectivo su puesto el 16 de abril de 1816. Este militar de alto rango designado por Fernando VII fue el primer virrey tras la restauración del Virreinato de Nueva Granada. Su elección fue debida a su experiencia en el campo de batalla puesto que había liderado la resistencia realista en la ciudad de Santa Marta (actual Colombia) en el año 1813. La acción de gobierno del virrey cubano estuvo enfocada a apaciguar la insurrección independentista que había provocado la caída del virreinato granadino. Fue destituido como virrey el 9 de marzo de 1818.

Hubo además otros virreyes nacidos en el continente americano que tuvieron un mandato muy efímero. Miguel Núñez de Sanabria (1645 - 1729) nació en Lima y fue virrey interino de Perú entre el 25 de abril y el 14 de septiembre de 1710. António de Almeida Soares Portugal (1699 - 1760) tomó cargo como virrey de Brasil el 9 de junio de 1760. Natural de la región brasileña de Bahia, falleció el 4 de julio de ese mismo año. Juan Pío de Tristán y Moscoso (1773 - 1859) nació en la ciudad peruana de Arequipa y fue virrey interino de Perú a finales de diciembre de 1824 en plena disolución del virreinato peruano. La conclusión a extraer es que efectivamente hubo virreyes americanos en todos los virreinatos hispánicos, quedando demostrado que las personas nacidas en América podían acceder a cargos de poder incluyendo el rango más elevado de virrey. Como de costumbre me despido pidiendo que os suscribáis al blog y visitéis tanto el perfil de Twitter como el canal de Youtube de Hispanoesfera.